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Cielo y tierra no son bondadosos.
  Tienen a los hombres como los perros de paja de los sacrificios.
El llamado no es bondadoso.
  Tiene a los hombres como perros de paja de los sacrificios.

La ranura entre el cielo y la tierra es como una flauta:
  vacía y, sin embargo, no se quiebra;
  cuando le dan impulso, más y más sale de ella.

Aunque muchas palabras se consumen para ello.

Lo mejor es conservar lo interior.



Dos ataques contra la fe en cielo, tierra y sabio. En dos frases se arremete contra la fe que, a pesar de ello, se ha ido acumulando por todo el libro.

El segundo párrafo ("La ranura entre el cielo...") habla de ese misterio que es el sitio por donde aparecen más y más cosas, algo así como reconociendo que hay sinfín.

Cuando se intenta dar una esplicación a esa aparición sin fin de cosas, diciendo que es porque "le dan impulso", se convierte ya a las cosas sin fin en cosas reales, porque se les da causa. En la frase siguiente se oye quizá la contradicción a ese intento: "Muchas palabras se gastan en ello". O sea, que son esas palabras las que están haciendo las realidades: que no hay esas cosas reales de verdad (como quizá quiere esa esplicación de "dar impulso").

La última frase de "guardar lo interior" es ya una glosa moralista: propone el ahorro; o sea, habla de Dinero, porque ¿qué es lo interior y lo esterior?