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Sin ir más allá de la puerta
    se conoce el mundo.

Sin mirar por la ventana
    se ve el sentido del cielo.

Por eso el llamado no necesita salir
    y sin embargo lo sabe todo.

No necesita ver 
    y sin embargo es claro.

No necesita hacer nada
    y sin embargo lleva a término. 



Se trata de dos trozos. El primero (las dos primeras frases) parece que habla en contra del camino a la sabiduría; de aprender como si fuera cosa buena: ya se sabe todo lo que hay que saber sobre el mundo (porque el mundo consiste en eso, en saber) y el sentido (del cielo) -razón- no va a venir del cielo ni de ningún camino de la sabiduría que se pretenda esplorar. Parece que se burla de la propia espresión "sentido del cielo", que pretende que hay tipos de 'sentido', tipos de razón, o sea, pretende que el sentido es del mundo, que es cosa de la Realidad, del Dinero. Más de hoy día (en vez de "sentido del cielo") son cosas que se oyen del tipo "inteligencia emocional", "pensamiento crítico", "razón práctica", etc.

De estas dos frases del sentido (dos frases negativas), se pasa a un añadido que sería la asimilación de las negaciones anteriores. La asimilación se intenta de tres formas:
  1. Queriendo que eso que se ha dicho antes sirva sólo para el sabio, para el elegido, para el llamado.
  2. Queriendo defender que hay un saber verdadero; un buen saber.
  3. Queriendo defender que el sentido sirve para el Futuro; para llevar a término; para el éssito.