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Si un sabio de clase superior oye del sentido,
     entonces es diligente y hace según ello.
Si un sabio de clase media oye del sentido,
     entonces medio cree, medio duda.
Si un sabio de clase ínfima oye del sentido, 
     entonces se ríe a carcajadas de ello.
Si no se ríe a carcajadas, 
     entonces es que no era todavía el verdadero sentido.
Por eso tenía un poeta de sentencias estas palabras: 
   "El sentido claro aparece oscuro.
    El sentido del avance aparece como retroceso.
    La vida más alta se muestra como valle.
    El sentido llano se muestra tosco.
    La suprema pureza aparece como suciedad.
    La vida inmensa aparece como insuficiente.
    La vida fuerte parece furtiva.
    El verdadero Ser parece mudable. 
    El cuadrado grande no tiene ángulos.
    La herramienta grande se termina tarde.
    El tono grande tiene un sonido inaudible.
    La imagen grande no tiene forma."
El sentido en su ocultársenos es sin nombre.
Y sin embargo es precisamente el sentido bueno en donar y en llevar a término.



"El sabio de tipo mediano, por mitad cree, por mitad duda": Sin embargo, parece que no hay otra forma de creer o de dudar: creemos pero no del todo; dudamos sólo de lo que creemos. El ideal que pone como "sabio de tipo altísimo" también se delata como falso al separar el sentido de sus consecuencias reales en la vida del sabio, o sea, del Futuro. Dice que actúa según ello (según el sentido). Y también dice que al oír al sentido, entonces es diligente o celoso, que son palabras de trabajo, de obligación.

De las sentencias de la segunda parte del trozo (que parecen comparaciones con el sentido) parece haber:
  1. De las que da a entender que lo que está por todos los lados, lo que no tiene fin, no se puede distinguir ni diferenciar. Por ejemplo "La gran imagen" no tiene forma. Y
  2. de las que avisan de la apariencia engañosa se supone que del sentido. (Y aquí nace la pregunta: ¿Puede engañar razón? ¿Puede parecer lo que no es?). Parece un aviso muy sencillo el de "El sentido llano se muestra tosco". Es un aviso contra pedanterías y profundidades al que una y otra vez nos lleva razón, contra nuestra idiotez elitista.
Después de la ristra del poeta, una frase quiere añadirse a ella, quizá con el propósito de continuar la lista anterior: "El sentido en su ocultamiento es sin nombre", que parece que sí tiene buen sentido. Después, como es costumbre, otro añadido contra el sentido, que intenta hacer creer que el sentido tiene también objetivos y Futuro. Para ello, dice que el sentido es bueno en llevar a término, como si razón fuera un asesino a sueldo.