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Quien conoce su masculinidad y conserva su feminidad,
    ése es la cañada del mundo.

Si es la cañada del mundo,
    entonces la vida eterna no le abandona
    y se hace otra vez como un niño.

Quien conoce su pureza y guarda su debilidad,
    es modelo para el mundo.

Si es modelo para el mundo,
    entonces la vida eterna no lo deja solo
    y regresa otra vez a lo no nacido.

Quien conoce su honra y conserva su bajeza,
    ése es el valle del mundo.

Si es el valle del mundo,
    entonces tiene suficiente con la vida eterna y regresa al candor.

Si el candor está destruido,
    entonces hay hombres "utilizables".

Si el llamado lo usa, 
    entonces se convierte en el amo de los funcionarios.

Por eso: una organización a la gran manera no necesita cercenar.



Son recetas para llegar muy alto: la vida eterna (hoy, felicidad). Son imágenes para engañarnos, donde no falta lo de "conocer": Conocer mi masculinidad, mi pureza, mi honra. ¿Todo eso hay que saber para el candor y la ingenuidad? Eso no es volverse niño: es volverse muy adulto; muy sabedor; muy idiota.

La frase "Si el candor está destruido, entonces hay hombres utilizables", sí parece que venga del sentido común, en contra de lo que secularmente se argumenta de que la ignorancia y la ingenuidad es lo que hace a los hombres manejables, esplotables. El Régimen funciona esactamente al contrario: necesita crear hombres formados, no candorosos, no ingenuos, para que entren al servicio del Dinero, se conviertan en astutos, defiendan sus intereses y, por tanto, dejen de atender a cualquier cosa que pudiera ahora pasar de verdad, a cualquier razón que venga ahora a desengañarlos del futuro. El hombre "utilizable" es el astuto, el inteligente, el sabio, el formado, el essitoso. Son los servidores del Dinero. El Dinero los crea y los utiliza. Al Dinero no le sirve un niño: necesita primero matarlo y convertirlo en adulto y responsable. Eso es un "llamado". Llamado a cumplir. Llamado a morir.