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Entre "seguramente" y "claro que sí":
    ¿Qué clase de diferencia hay?

Entre "bueno" y "malo":
    ¿Qué clase de diferencia hay?

Lo que honran los hombres, a eso hay que honrar.

¡Oh, soledad! ¿Cuánto duras?

Todos los hombres se muestran tan resplandecientes
    como si fuera el gran sacrificio,
    como si estuvieran subiendo en primavera a las torres.

Sólo yo soy así de vacilante; aún no se me muestra ningún signo,
    como un niño de teta que todavía no sabe reír,
    intranquilo, llevado de acá para allá, como si no tuviera hogar.

Todos los hombres tienen abundancia;
    sólo yo estoy como olvidado.

Tengo el corazón de un loco, así de confuso y oscuro.

Los hombres del mundo son brillantes, ah, tan brillantes!
    Sólo yo soy como turbio. 

Los hombres del mundo son listos, ah, tan listos!
    Sólo yo estoy como encerrado en mí,
    intranquilo, ah... como el mar,
    en torbellino, ah... sin descanso.

Todos los hombres tienen objetivos;
    sólo yo estoy desocupado como un mendigo.
    Sólo yo soy diferente a los hombres:

Sin embargo, le doy valor a buscar alimento en la madre.



Trozo singular donde habla el sentido revolviéndose contra la brillantez de los felices, de los triunfadores, de los sabios, de los seguros. Lleno de melancolía y desilusión, este trozo por sí sólo es un ataque a la imagen del sabio pleno, seguro de sí mismo, en reposo, "que ha alcanzado el sentido".

La última frase está interpolada contra el sentido: parece que quiere, al final, salvar al que habla: que quiere buscarle una función; un destino; un interés; un punto de apoyo; una fe. Quiere desactivar lo dicho en contra.