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La merced es humillante como un golpe de espanto.
El honor es un gran mal, como la persona.

¿Qué significa esto?: "La merced es humillante como golpe de espanto".
  La merced es algo de valor ínfimo.
  Se alcanza y se está como atemorizado.
  Se pierde y se está como atemorizado.
  Eso significa "La merced es humillante como un golpe de espanto".

¿Qué significa esto?: "El honor es un gran mal, como la persona".
  El motivo por el que yo sufro grandes males, 
    es el de que tengo una persona.
  Si yo no tuviera una persona,
    ¿Qué clase de males podría sufrir entonces?

Por eso: Quien venera y honra al mundo en su persona,
  a ése parece que se le puede confiar el mundo.
         Quien ama al mundo en su persona,
  a ése parece que se le puede entregar el mundo.



"Merced" y "honor", los dos juntos, se corresponden hoy con "éssito". A lo mejor "honor" puede mejor corresponder a lo que hoy llaman "felicidad". Entonces se podría leer algo así:
El éssito es humillante como un golpe de espanto.
La felicidad es un gran mal, como la persona. 

¿Qué significa esto?: "El éssito es humillante como un golpe de espanto". 
  El éssito es algo de valor ínfimo. 
  Se alcanza y se está como atemorizado. Etc.
La palabra 'persona' es tan actual y tan empleada por el Régimen del Dinero, que se puede ver cómo acompaña a estas dos palabras machaconamente: al éssito y a la felididad. El éssito y felicidad son, desde luego, personales, como en el anterior Régimen, en el de los curas, lo eran la gloria y la salvación. Éste y otros testimonios de los que llamamos históricos, nos delatan que hay algo fundamental sobre lo que parece que tiene que establecerse el poder (ahora el Dinero): la persona. Y el último párrafo del trozo -aunque parece un añadido para intentar asimilar lo anterior de alguna forma, y salvar sea como sea a la persona- es lo que declara descaradamente: Que en el mundo se llega arriba a través del cultivo de la persona de uno. De la persona de uno, que es algo también del mundo, claro.